Deconstruyendo la historieta
Sin prisa pero sin pausa, sigue la ardua tarea de rescatar el material producido por nuestros grandes valores historietísticos, Eduardo Mazzitelli y Enrique Alcatena, para el exterior. A principios de septiembre, Historieteca y Puro Comic editaron El Ziggurat, obra publicada originalmente en la revista Lanciostory de la editorial italiana Eura durante el año 2002. 17 años después, un nuevo relato inédito ve la luz en nuestro país.
Un ziggurat es un templo construido en la era mesopotámica (donde transcurre esta historia) que funciona para ser la morada de los dioses. El Ziggurat es un relato donde el bien y el mal pelean una batalla más, de las eternas que tendrán a lo largo de nuestra infinita línea temporal.
Pazuzu, el Rey de los demonios del viento, tienta a Shukalituda, un estúpido pero noble jardinero que acaba de ser coronado Rey temporario de la ciudad/reino Shuruppak. Todo esto dentro de una treta macabra: cada año nuevo, el Rey debe ser sacrificado en pos de la bondad de sus dioses. Pero aquellos que no deseaban morir, preferían cederle el trono momentáneamente a incautos. Por su lado, mora en las tierras sumerias Lugal-Kan, el Rey exorcista. Mientras se topa con un demonio, éste busca que le perdonen la vida a cambio de avisar que Pazuzu ha vuelto a la Tierra. Es tarea de nuestro héroe derrotarlo.
Como en toda buena historia de Mazzitelli, los protagonistas principales tienen sus momentos apropiados para brillar, crecer y desarrollarse. No hay cabos sueltos y las historias empiezan y terminan con propiedad y elegancia, por más que el final deje una puerta abierta a un conflicto que, de todas maneras, nunca va a terminar. Lejos de ser una historia enteramente de conflicto sobrenatural, a Eduardo le interesa mostrar más lo fácil que se puede corromper el hombre, lo destructivo de la ambición.
Del arte de Alcatena, no hay mucho más para decir salvo elogios. No importa mucho que universo diseñe, sean superhéroes de antaño o criaturas ensambladas en metal vivo. Quique deja su impronta absoluta de entramados imposibles en cada página, cada viñeta. La presente edición incluye las portadillas originales, bestiales splash pages donde se desloma creando criaturas gigantes con templos en lugar de cabezas. Quique hace de la mitología mesopotámica un arte alucinante.
Esta nueva edición a blanco y negro incluye El viento rojo, el primer unitario autoconclusivo armado por la dupla, aparecido originalmente en el número 227 (marzo de 1995) de la revista Skorpio. La historia repite elementos (o más bien, se adelanta) como la idea de un ziggurat y Pazuzu como fuerza corruptora. Como epílogo, Quique le dedica unas muy sentidas palabras a la influencia máxima que trajo la tierra sumeria hacia el país con el mitíco Nippur de Lagash: Lucho Olivera.